Una de las cosas que más preocupa sobre los vehículos eléctricos es la velocidad de carga, y con razón. Imagina que llegas a un punto de carga que ofrece 350 kW y que, al conectar tu vehículo eléctrico, este solo consume 125 kW. ¿Por qué?
Empecemos...
Imagina esta situación: llegas a una estación de carga de 350 kW en la que hay cuatro coches enchufados. Enchufas tu vehículo y, de repente, ves que la carga se realiza a 70 kW, ¿por qué? Lo más probable es que se trate de una estación de uso compartido de energía.
Según la manera en que se haya construido la estación de carga, es posible que se haya establecido un sistema de uso compartido de energía entre los puntos de carga para aprovechar al máximo las conexiones a la red eléctrica. Esto puede suceder de dos maneras:
Carga doble en un solo punto de carga. Cuando se conectan dos coches al mismo punto de carga, se divide la potencia total en kW (por ejemplo, un punto de carga de 50 kW suministrará 25 kW a cada vehículo conectado). Si solo se conecta un vehículo a un punto de carga doble, se le suministrará la potencia máxima disponible.
Del mismo modo, si hay una gran cantidad de vehículos cargándose en una estación de carga, se limitará la potencia máxima cuando la demanda sea alta. Por ejemplo, si hay 5 puntos de carga que ofrecen una potencia de 350 kW y hay 5 vehículos eléctricos conectados, lo más probable es que se suministre a cada uno una media de unos 70 kW durante toda la sesión de carga.
Cada vehículo eléctrico tiene una velocidad de carga máxima, y cada modelo es diferente. La velocidad de carga máxima hace referencia a la capacidad de carga de la batería del vehículo eléctrico. Si el vehículo se conecta a una estación de carga que supere dicha velocidad, solamente consumirá la energía para la que se ha diseñado.
Por ejemplo, el Volkswagen ID.4 tiene una velocidad de carga máxima de 118 kW, por lo tanto, aunque se conecte a un cargador de 350 kW, nunca consumirá más de 118 kW. El ID.4 también tiene un cargador integrado con una potencia máxima de 7,2 kW, por lo tanto, aunque se conecte a un cargador de CA de 22 kW, el vehículo nunca consumirá más de 7,2 kW.
Por lo tanto, verifica antes de enchufar tu vehículo eléctrico si puede aprovechar la potencia máxima de una estación de carga.
El estado de carga indica el porcentaje de carga de la batería de tu vehículo eléctrico (por ejemplo, un 34 % de carga restante).
Las baterías de los vehículos eléctricos reciben más energía de un punto de carga cuando la batería se encuentra entre el 20 y el 80 %. Si empiezas la carga cuando la batería está al 8 % o al 89 %, la velocidad de carga disminuye bastante, ya que el vehículo eléctrico protege la batería frente a grandes cantidades de energía.
¿Has conectado el vehículo a un cargador de CA o CC? Los cargadores de CA suelen ser más lentos a la hora de cargar, ya que la conversión se realiza en el cargador de a bordo del vehículo eléctrico, y no en el cable o conector de la estación de carga (como ocurre con las estaciones de carga de CC).
Si quieres más información sobre la velocidad de carga (CA/CC) y los tipos de conectores, consulta nuestro blog: "Conectores de vehículos eléctricos y velocidades de carga".
La temperatura óptima de las celdas de las baterías de iones de litio oscila entre los 15 y los 45 °C. Si la temperatura de la celda de la batería está fuera de estos parámetros, puede resultar dañada.
Para mantener la batería a una temperatura óptima, el vehículo eléctrico utiliza refrigerante o calienta gradualmente la batería para garantizar que no se produzca un cortocircuito. En cualquier caso, el vehículo eléctrico reducirá la velocidad de carga para evitar daños en la batería.
Para obtener más información sobre cómo afectan las temperaturas estacionales a la capacidad de la batería y a la velocidad de carga, consulta nuestro blog: "¿Cómo afecta la temperatura a la capacidad de la batería de un vehículo eléctrico?".
En los cables para vehículos eléctricos, el tamaño importa. Para poder suministrar una gran cantidad de electricidad, los cables deben estar bien compensados; es decir, deben tener un diámetro lo suficientemente grande para poder suministrar la energía, pero no demasiado grande para que no resulten extremadamente pesados al añadir el aislamiento.
Básicamente, los cables fabricados con hilos más gruesos ofrecen menos resistencia al flujo de energía, lo que a su vez proporciona velocidades de carga más rápidas.
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