Por lo tanto, ¿a qué nuevos procesos tendrán que atenerse los fabricantes de baterías?
Restricciones en cuanto a la huella de carbono:
A partir de este mismo mes (julio de 2024), todo aquel que quiera vender sus productos en Europa tendrá que informar de la huella de carbono total de los mismos. Los datos recopilados se utilizarán para establecer una cantidad máxima de CO2 que se puede generar durante la fabricación de la batería. Una vez establecida dicha cantidad, la planta de fabricación tendrá que hacer todo lo posible para no superar en ningún caso el umbral, lo que obligará a utilizar fuentes de energía más limpias y ecológicas.
Recuperación de materias primas:
Las baterías deberán ir acompañadas de una serie de documentos que informen acerca de los materiales empleados para su fabricación. También se incluirán objetivos de contenido reciclado obligatorios, lo que garantiza la recuperación de la máxima cantidad de materiales.
Limitación de sustancias peligrosas:
Se prohibirá o se limitará el uso de ciertas sustancias en el proceso de fabricación de las baterías.
Esta nueva ley europea contempla muchos requisitos más, todos ellos con el objetivo de reducir el impacto medioambiental que las baterías pueden tener en nuestro planeta.