Pero el ADAC no se limita a hacer conjeturas. El año pasado gestionó 3,6 millones de averías, lo que le proporciona una montaña de datos con los que trabajar. Dado que cada vez hay más vehículos eléctricos en la carretera y de mayor antigüedad, por fin se dispone de suficiente información desglosada para compararlos directamente con los coches de combustible, y los eléctricos salen ganando.
Según el periódico alemán Handelsblatt, los coches eléctricos matriculados entre 2020 y 2022 solo registraron una media de 4,2 averías por cada 1.000 vehículos. En cambio, los coches de combustible registraron 10,4 averías por cada 1.000 vehículos, una cifra mucho mayor. Esta gran diferencia desmonta el mito de que los vehículos eléctricos tienen más probabilidades de dejarte tirado.
Curiosamente, la mitad de las averías de los coches eléctricos tuvieron una causa muy simple: el agotamiento de la batería de 12 V (la batería que hace funcionar las luces y los cierres, no la grande que alimenta el coche). Lo mismo ocurre con cerca del 45 % de las averías de los coches de combustible. Tesla, por ejemplo, ahora avisa cuando llega el momento de sustituir la batería de 12 V, lo que supone una pequeña novedad que marca una gran diferencia.